Fernand Léger

28 octubre, 1997 - 12 enero, 1998 /
Edificio Sabatini, Planta 1
Fernand Léger. La escalera (Segundo estado), 1914. Óleo sobre lienzo. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid
Fernand Léger. La escalera (Segundo estado), 1914. Óleo sobre lienzo. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid

Fernand Léger (Argentan, Francia, 1881 - Gif-sur-Yvette, Francia, 1955) está presente en los dos eventos que marcan la aparición del Cubismo: el Salón de los Independientes y el Salón de Otoño de 1911. El poeta y ensayista Guillaume Apollinaire, dentro de su texto Méditations esthétiques. Les peintres cubistes (1913), incluye a Léger en el denominado Cubismo Órfico, y lo define como “El arte de pintar composiciones nuevas con elementos tomados no de la realidad visual, sino enteramente creados por el artista y dotados por él de una poderosa realidad… Es arte puro”.

Aunque esté próximo a los artistas y marchantes del Cubismo, como Daniel-Henry Kahnweiler o Léonce Rosenberg, Léger genera otra vía a partir de la geometrización radical del lenguaje de Paul Cézanne, que se advierte en obras como La costurera (1909-1910) o Humo sobre azoteas (1911). La renuncia a la descomposición en planos de los cuerpos, en favor de la representación mecánica se aprecia posteriormente en La mujer de azul (1912) o en La escalera (1914). Léger es protagonista del discurso de la vanguardia, y entiende el dinamismo como cualidad de su época, que deriva de la exaltación de la vida moderna y de la ciudad como escenario, donde todo lo mecánico adquiere valor plástico.

El lenguaje cubista tubular de los años diez, con la disociación entre dibujo y color -característica que mantiene a lo largo de su producción-, da paso en la década siguiente a una representación sintética de los objetos. Léger inicia su faceta como teórico y se convierte por sus escritos y conferencias en uno de los exponentes de la estética de la revista L´Esprit Nouveau, junto a los artistas Amédée Ozenfant y Gino Severini.

Léger destaca por sus temas y por la concepción de un Cubismo depurado desde los principios de orden y composición, como presenta en El puente (1923) o El acordeón (1926). En la temática perviven lo mecanicista y la vida urbana, pero su vocabulario gira progresivamente hacia formas y soluciones organicistas, tal y como revelan sus pinturas y dibujos tales como Composición con cordajes (1935) y Los guantes (1933). Por otro lado, los volúmenes rotundos de las figuras humanas evidencian la combinación de simplificación anatómica con monumentalidad, como en La gran Julie (1945).

El artista elabora su teoría de contrastes de formas y color desde presupuestos constructivos, al reducir la paleta al blanco, negro, rojo, azul y amarillo. Del mismo modo, pasa por la formulación teórica y pictórica del realismo de concepción (1923-1925) -basado en la representación objetiva y libre de toda narrativa- que plantea en El balaustre (1925), hasta alcanzar una pintura monumental a partir de los años treinta, como en Adán y Eva (1935-1939), Composición con dos papagayos (1935-1939) o Los constructores (1950).

La exposición -organizada conjuntamente con el Centro Pompidou de París y el MOMA de Nueva York-, presenta a través de más de un centenar de obras un redescubrimiento del recorrido artístico de Léger, desde la representación de la intensidad de la vida mecánica.

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Centre Pompidou, París y The Museum of Modern Art, Nueva York
Comisariado: 
Marta González
Itinerario: 

Musée National d'Art Moderne Centre Georges Pompidou, París (29 mayo - 29 septiembre, 1997); The Museum of Modern Art, Nueva York (11 febrero - 27 mayo, 1998)