Llegaremos más tarde. Hacia las cinco

Salvador Dalí pinta El camión (llegaremos más tarde, hacia las cinco) en 1983, al mismo tiempo que se está preparando la gran exposición retrospectiva sobre su obra en Madrid y Barcelona. En el catálogo de la exposición 400 obras de Salvador Dalí del 1914 al 1983 (MEAC, 1983), Ignacio Gómez de Liaño reproduce en el texto Dalí visto por Pitxot las conversaciones que en esos días de preparación tuvieron lugar entre Dalí y Antonio Pitxot sobre este cuadro, y a las que posteriormente se uniría el propio Gómez de Liaño. El camión (llegaremos más tarde, hacia las cinco) propone un juego interpretativo que recuerda algunas de las técnicas del surrealismo en su intento de desentrañar el significado de las manchas y las formas que aparecen en la composición. Según escribe Gómez de Liaño, Dalí sintetizaba el contenido de la obra diciendo: “Lo que se ve en ese interior no es más que la escena cotidiana de un camión de mudanzas, en el que se mezclan los objetos más triviales, cubiertos de mugre, con otros lujosos”. Pasando del plano de la percepción al de la interpretación, el artista también argumentaba esta explicación sobre la obra: “Cada cual tiene su propia interpretación, que es siempre imagen y proyección de su persona. Cada uno ve lo que es él mismo. En fin, siempre en cierta manera estamos haciendo autorretratos”.

Ruth Gallego Fernández