Chip Lord. El imperio de la imagen

13 marzo, 2005 - 19 marzo, 2005
Lugar
Edificio Sabatini, Auditorio
Comisariado
Cristina Prego de Oliver
Chip Lord, Branda Miller y Muntadas. Media Hostages, 1985
Chip Lord, Branda Miller y Muntadas. Media Hostages, 1985

Las obras realizadas por Ant Farm, cuyos integrantes (Doug Michels, cofundador, y Curtis Schreier y Hudson Marquez, que se unieron más tarde) venían del campo de la arquitectura, aportan un tratamiento de los medios de comunicación significativamente diferente al de los otros colectivos de vídeo de finales de la década de los sesenta y comienzos de los setenta: decididamente interdisciplinar, el grupo producía obras que combinaban la performance, el lenguaje de los medios de comunicación, la escultura y el diseño gráfico y arquitectónico y solían exhibir, con un desenfadado sentido del humor, la ideología contracultural propia de la época.

El automóvil es el icono central de la producción de Ant Farm y uno de los motivos visuales más representativos de la obra de Chip Lord: Two-Lane Blacktop (1971), auguraba el final del género de la road movie, pero también el final de la imagen icónica del coche solitario acelerando a través de un paisaje vacío, mientras que Easy Living (1984), realizada en colaboración con el coleccionista Mickey McGowan utilizando coches en miniatura y figuras humanas de plástico, puede ser vista como una crítica y, al mismo tiempo, una afectuosa mirada fugaz al ocio de la clase media estadounidense. Motorist (1989), es un viaje terminal, en más de un sentido, en el que Lord pone de manifiesto la contaminación de la idealización del automóvil, de la imaginación y el recuerdo de un conductor, por parte de los glamurosos anuncios de coches, a partir de los que el realizador construye un collage audiovisual con desplegables de revistas de los años cincuenta y anuncios de competiciones de coches de ensueño, conectando la fascinación individual con la obsesión colectiva por los automóviles.

En última instancia, el automóvil no se diferencia de la propia nación, propulsada a toda velocidad hacia una cultura de consumo puro y, desde este punto de vista, la obra de Chip Lord puede ser vista como una reflexión sobre los sueños y los mitos, las verdades y las mentiras, la realidad y la ficción del mundo fabricado por el american dream desde la década de los cincuenta.